Donde el Sabor se Vuelve Arte
Una experiencia culinaria inspirada en la pasión y el color de Vincent van Gogh.
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Risotto 'Los Girasoles'
Cremoso risotto de azafrán y parmesano, decorado con flores comestibles.
Solomillo 'Noche Estrellada'
Medallón de solomillo sobre un espejo de salsa de vino tinto y arándanos.
Tártaro 'El Viñedo Rojo'
Tártaro de atún rojo fresco con aguacate y un toque de cítricos.
Inspirados por un Genio
Vincent van Gogh no solo pintaba, volcaba su alma en cada pincelada. Esa misma pasión es la que nuestro equipo de cocina pone en cada plato. Usamos ingredientes como lienzos y sabores como colores para crear obras que no solo alimentan el cuerpo, sino también el espíritu.
Nuestro restaurante está decorado con réplicas de sus obras más famosas, creando un ambiente único donde puedes cenar rodeado de belleza y creatividad.
La Noche Estrellada (1889)
Una icónica interpretación de un cielo nocturno turbulento, reflejo de su estado emocional y su genialidad.
Los Girasoles (1888)
Símbolo de gratitud y amistad, esta serie captura el ciclo de la vida de la flor con una innovadora paleta de amarillos.
El dormitorio en Arlés (1888)
Una búsqueda de calma y refugio que, a través de su perspectiva distorsionada, revela una sutil inestabilidad.
Almendro en flor (1890)
Un símbolo de esperanza y nueva vida, inspirado en el arte japonés y dedicado al nacimiento de su sobrino Vincent.
Autorretrato con la oreja vendada (1889)
Un valiente y melancólico testimonio de su dolor físico y emocional, pintado poco después de su automutilación.
La noche estrellada sobre el Ródano (1888)
Una serena captura de las luces de Arlés reflejándose sobre las tranquilas aguas del Ródano, llena de paz y asombro.
Lirios (1889)
Un vibrante estudio de la naturaleza y el color, pintado desde los jardines del sanatorio como un refugio de belleza.
Retrato del doctor Gachet (1890)
Una profunda exploración de la melancolía, capturando la 'expresión desconsolada de nuestro tiempo' en su médico.
Los comedores de patatas (1885)
Considerada su primera gran obra maestra, retrata con cruda honestidad la dura y sencilla vida de los campesinos.
Campo de trigo con cuervos (1890)
Considerada su obra final, es una poderosa y dramática representación de la soledad y la angustia.
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